CARACTER Y CUIDADOS DEL MASTIN DEL PIRINEO

CARACTER

El Mastín del Pirineo es un perro equilibrado, muy cariñoso, manso, noble, particularmente inteligente, es a la vez valiente y fiero ante los extraños, ante quienes no retrocede jamás. Le gusta la compañía de los niños, a los que considera un compañero de juegos. Con ellos muestra una paciencia infinita y los protegerá de modo especial, a pesar de que éstos le sometan a toda clase de juegos y humillaciones. La única defensa de la que hará gala será alejarse unos pasos de ellos, pero jamás tendrá una reacción reprobable.

El Mastín del Pirineo convive muy bien con otros animales (perros, gatos, gallinas, etc., etc.). Es un perro muy jerárquico, lo que facilita que cuando el cachorro llega a su nuevo hogar rápidamente comprenda cual es su lugar dentro de la manada.

En sus relaciones con otros perros se muestra benévolo, conocedor de su singular poder. Llegado el caso se revela habilísimo en la lucha, denotando las pautas de comportamiento adquiridas tras siglos de peleas contra el lobo. Su ladrido es grave y profundo y su expresión despierta.

CUIDADOS

Los cuidados de una raza que conserva su rusticidad son muy sencillos. Una o dos visitas al año al veterinario para los chequeos de rutina y cumplir puntualmente con su programa de vacunaciones. Si la zona de residencia es seca y calurosa, será suficiente un baño cada dos meses y uno o dos cepillados semanales para airear el pelo y evitar que se formen nudos, especialmente detrás de las orejas, aumentando la frecuencia en la época de muda para eliminar el subpelo, hasta que se quede con el nuevo pelaje.

Un hueso de cuero de tamaño grande, siempre que no se abuse de la frecuencia, será suficiente para mantener en buen estado la dentadura, también el pan duro, de varios días (a los mastines les encanta), aunque en los comercios especializados hay una gran variedad de golosinas y juguetes que cumplen de modo satisfactorio esta función.

La cria del cachorro requiere una atención especial. Un cachorro pesa al nacer entre 600 y 700 gramos, a los dos meses pesará 12 kg, a los nueve habrá alcanzado el 75 por ciento de su peso, y a los tres años alcazará los 70 kg si es hembra y entre 85 y 90 si es macho.

Para este crecimiento tan brutal es necesario un seguimiento riguroso por el veterinario, le proporcionaremos una alimentación equilibrada con alimento de gama alta o premium, especial para razas gigantes y no le someteremos a esfuerzos físicos, como largos paseos o carreras detrás de pelotas o bicicletas. Por otra parte, el desarrollo psíquico es tardío, un "mostin" no alcanza su madurez hasta haber cumplido los tres años, y la madurez sexual en las hembras rara vez se produce antes de los 12 meses, es frecuente que el primer celo se presente entre los 15 ó 16 meses.

La convivencia con otros perros de la casa no ofrece ningún problema, los mastines no son pendencieros, no necesitan hacer ostentación de su fuerza. La única regla de oro que hay que mantener es separar a los machos cuando una hembra está en celo.